jueves, 25 de agosto de 2016

Antologia de Autores Dominicanos Influenciados por la Literatura Española.

Hilma Contreras Castillo (1913-2006)

Nació en San Francisco de Macorís el 8 de diciembre de 1913 y murió el 15 de enero de 2006. Hija de la Sra. Juana María Castillo y del Dr. Darío Contreras, primer cirujano dominicano especializado en ortopedia y precursor de esa especialidad en el país, por lo cual el principal hospital de traumatología lleva su nombre.
Fue la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Literatura en el 2002, hasta ese momento otorgado solo a escritores varones. Nunca casó ni tuvo hijos. Su redescubrimiento literario se atribuye a Manuel Mora Serrano. Fue la primera mujer en hacer literatura con un marcado acento de género, en el cual destacaba las condiciones de sometimiento social, legal y afectivo de las mujeres. Alfabetizada en Paris, cursó allí estudios de las lenguas francesa e inglesa, de literatura y arqueología; aunque regresó en el 1933 al país, pasaba vacaciones en su pueblo natal y en Santiago, donde transcurrieron algunos años de su infancia.
En 1937 y alentada por Juan Bosch, comenzó a escribir cuentos que fueron publicados en diferentes diarios, especialmente en la Información, de Santiago. Publicó dos volúmenes de cuentos: 4 Cuentos (1953) No. 3 de la Colección La Isla Necesaria y El Ojo de Dios, Cuentos de la Clandestinidad (1962) Colección Baluarte, Ediciones Brigadas Dominicanas, y uno de ensayo: Doña Endrina de Calatayud (1952). Además, La Tierra esta Bramando (1986), novela corta.
Tiene inéditas: “Pueblo Chiquito” (Ficción y realidad), “La Carnada” (cuentos de relatos de ayer) y “De aquí y de Allá”, apuntes. Entre dos Silencios (1987), y Facetas de la Vida (1993) hecha por la autora del material que atesora sin ser recogido en libro, salvo, La Ventana, que apareció en 4 Cuentos. En el 1993 se publicó el libro Hilma Contreras: Una Vida en Imágenes, bajo la coordinación editorial de Ylonka Nacidit-Perdomo. Estos textos no se parecen a nada de lo producido hasta ahora en nuestra literatura.
Hilma Contreras es, realmente, una maestra del relato breve y una artífice del cuento psicológico. Imposible de encasillar en “ismos” o tendencias, su escritura es clara, tersa, su lenguaje moderno y sin embargo, sus cuentos hacen pensar y cautivan, no solo por la plasticidad lírica sin excesos, sino por su dominio de la técnica narrativa que va, desde la tensión dramática y el detalle trágico, hasta la sorpresa final que desconcierta o remansa lo narrado. Por su conocimiento del suspenso y su experiencia humana de la soledad, – en el libro Entre dos silencios – se pone de manifiesto la auténtica revelación de nuestra premier cuentista.
Jamás hay mas de dos o tres personajes en conflicto, como manda la buena tradición del género, y a pesar de sus vividuras y vivencias en Europa (reflejadas en costumbres como la del portero), la mayoría están ambientados aquí y en algunos casos (Ahora Seremos Felices) en la aldea, con sabrosos criollismos. Es, ante todo, una escritura urbana, no-solo por la limpieza de su léxico y el gran pudor con que trata escabrosos temas sexuales y describe intimidades, sino por la altura de su bien decir y por la economía de medios expresivos y, como dije, por la gran modernidad conseguida a través de su maestría narrativa.
Sueños que son auténticos delirios oníricos, frustraciones humanas, locuras, humillaciones, hermosos perdones, poemas de la soledad, pecados absurdos, de esos materiales están hechos estos cuentos de fuego y muerte, de abandono y tristeza, que, sin embargo, descansan en una simpatía por el ser humano y una visión del porque somos tan frágiles y de cómo la vida esta llena de pequeños olvidos y recuerdos.
Hilda Contreras, al encantarnos y cautivarnos en el libro Entre Dos Silencios, que yo hubiera titulado “Entre los Sueños”, nos deja, al final de su lectura, como quedamos muchas veces luego de una pesadilla: maravillados y consternados al saber que tanto lo onírico como lo real pertenecen al mismo territorio de nieblas: la existencia humana.
Tomado de:Contreras, Hilma. Entre dos silencios.Santo Domingo : Taller, 1987.129 p.

Aída Cartagena Portalatín (1918-1994)

Nació en Moca en 1918. Falleció en Santo Domingo, el 3 de junio de 1994.Hija de Felipe Cartagena Hinojosa y Olímpia Portalatín.  Doctora en humanidades, Universidad Autonoma de Santo Domingo (UASD), con un postgrado en París en Museología y Teoría de la Artes Plásticas. Formó parte del grupo de “La Poesía Sorprendida”. Ejerce la cátedra universitaria. En 1965 fue designada Consejera de la UNESCO (París).
Cursó los estudios elementales y secundarios en su pueblo natal, Moca. Luego se trasladó a la capital dominicana e ingresó a la Universidad de Santo Domingo donde se doctoró en Humanidades. Realizó estudios de postgrado en museografía y Teoría de las Artes Plásticas en la Universidad de París.
Durante varios años fue profesora de Historia del Arte e Historia de la Civilización en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Dirigió los cuadernos literarios Brigadas Dominicanas y la revista de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Trabajó como consejera de la Unesco en París (1965) y formó parte del jurado del Premio de Casa de las Américas, en La Habana (1977). Sus constantes viajes a Europa, América Latina y África enriquecieron considerablemente su obra literaria y sus investigaciones en el campo de la historia del arte. Militó en la agrupación La Poesía Sorprendida que reunía a los poetas más elitistas del país de los años 40 y 50.
Fué una de las pocas escritoras dominicanas de la primera mitad del siglo XX que logró levantar e imponer enérgicamente su voz en un medio literario predominantemente masculino. Poemas suyos como “Estación en la tierra”, “Una mujer está sola” y “La casa” confirman la soledad y la rebeldía que caracteriza la mayor parte de sus textos y fortalecen, al mismo tiempo, el sentido social de una producción literaria que en su conjunto aboga por situar a la mujer de su época en su justo espacio y dimensión.
Su novela Escalera para Electra fue finalista del Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral en 1969. Es la escritora dominicana más antologada y estudiada del siglo XX. Murió en Santo Domingo el 3 de junio de 1994.
Pedro Julio Mir Valentín (1909-2000)
Pedro Julio Mir Valentín  nació en San Pedro de Macorís (al Este de la República Dominicana) el 13 de junio de 1913. Poeta, narrador, ensayista, educador, periodista, abogado, historiador. Hijo de un mecánico industrial cubano que se estableció en San Pedro de Macorís a principio del siglo XX y de la puertorriqueña Vicenta Valentín.
Considerado el Poeta Nacional de la República Dominicana (declarado por el Congreso Nacional en 1984), perteneciente a la generación de los Independientes del 40. Pedro Mir nació y pasó su infancia en el Ingenio Cristóbal Colón, cerca de la ciudad de San Pedro de Macorís. La temprana muerte de su madre en 1917 le dejó un profundo sentido de ausencia que luego él mismo afirmaría que fue el origen de su vocación poética.
A principios de la década de 1930, Pedro Mir empieza a escribir sus primeros poemas, mostrándolos a amigos y relacionados. Uno de esos amigos decide, sin consultarle, llevar unos versos al escritor Juan Bosch, quien ya en ese entonces era una figura literaria importante en el ámbito dominicano. La fibra poética natural del autor llama la atención de Juan Bosch, pero éste desestima los versos diciendo que el poeta tiene talento pero debería “dirigir los ojos a su tierra”.
Enterado Pedro Mir, decide escribir sus primeros poemas de corte social y esta vez enviárselos a Juan Bosch él mismo.Bosch no contesta, sino que publica los versos en su sección del Listín Diario, un importante periódico dominicano, con el llamativo título que luego sería una profecía: ¿Será este muchacho el esperado poeta social dominicano?
Pedro Mir continúa escribiendo y se gradúa de Doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en 1941, ejerciendo en una oficina de abogados de la capital dominicana. Sin embargo, la presión de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo se hace insoportable, especialmente para quien escribía poesía social. Considerado un desafecto al régimen, recibe amenazas y vive en zozobra hasta que marcha hacia Cuba en 1947, un exilio que se prolongaría hasta la caída del régimen del tirano.
En 1949, viviendo precariamente en Cuba, ve la luz su conocido poema Hay un país en el mundo, el cual ha sido traducido a innumerables idiomas.
En 1952 publica en Guatemala el Contracanto a “Walt Whitman (canto a nosotros mismos)” considerado uno de sus mejores poemas y también traducido a diversos idiomas, así como ha sido objeto de numerosos estudios en Estados Unidos de América, República Dominicana y otros países.
Regresa a la República Dominicana en 1962, al desaparecer el régimen de Trujillo y durante el gobierno de Juan Bosch. Tras la caída del gobierno de Bosch y seriamente afectado en su salud, viaja fuera del país, aunque regresa y se establece finalmente con su familia en la capital dominicana en 1968, dedicándose a la cátedra en la Universidad Autónoma de Santo Domingo durante varias décadas.
También dedicado a la investigación histórica, por su ensayo “Las Raíces Dominicanas de la Doctrina Monroe” (1974) obtuvo el Premio Anual de Historia. Su novela “Cuando amaban las tierras comuneras” (publicada en México en 1978) fue muy aclamada tanto en República Dominicana como internacionalmente.
En 1975, su poema “El Huracán Neruda” le mereció el Premio Anual de Poesía.
En 1984, el Congreso Nacional de la República Dominicana lo declaró Poeta Nacional de la República Dominicana.
En 1991, recibió el doctorado Honoris Causa del Hunter College de la Universidad de New York.
En 1993, recibió el Premio Nacional de Literatura.
En su honor la UASD fundó la Biblioteca Pedro Mir.
Pedro Mir falleció a los 87 años de una larga dolencia pulmonar, rodeado de su familia, el 11 de julio del año 2000.
Salomé Ureña (1850-1897)
Salomé Ureña de Henríquez nació en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, el día 21 de octubre de 1850. Sus padres fueron Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria de León. Aprendió sus primeras letras en escuelas públicas de su tiempo; pero adquirió después, dirigida por su padre, una esmerada educación literaria que tuvo por fundamento la lectura de los clásicos castellanos.
reverenciada poetisa y educadora dominicana, siendo una de las figuras centrales de la poesía lírica del siglo XIX e innovadora de la educación femenina en su país.
Alumna aventajada de Eugenio María de Hostos, sus obras se centran en el amor a la patria y en su entorno familiar. Aunque no escribía muy a menudo, logró llamar la atención de gran parte de Latinoamérica por la profundidad de sus obras. Entre sus trabajos más notables se encuentran: “A La Patria”“El Ave y El Nido”,“Sombras”, entre otros.
Salome nació en Santo Domingo, República Dominicana el 21 de octubre de 1850. Era hija del abogado y también escritor Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León, quien dio a su hija sus primeras lecciones educativas. A temprana edad, Salomé fue influenciada también por la literatura. Su padre le enseñó las obras clásicas de autores españoles y franceses que ayudaron a la joven Salomé a desarrollar su propia carrera.
Comenzó a escribir sus versos a los quince años de edad, publicando posteriormente sus primeras obras a la edad de diecisiete años y haciéndose conocida por su espontaneidad y ternura. En 1867 publicó sus primeras obras bajo el seudónimo Herminia, nombre que usó hasta 1874. Mientras iba pasando el tiempo se volvía más trágica y triste con poemas como “En horas de angustia” o muy patriótica y fuerte en poemas como “A La Patria” y “Ruinas”.
En los años posteriores incluiría temas de su propia vida en sus poesías, como se puede ver en “Mi Pedro” (dedicada a su hijo, tal vez su poema más cariñoso), “La llegada del invierno”, y un libro que se hizo muy popular llamado “Esteban”, donde habla de su país, su familia, las plantas y flores, y de la propia isla.
Alrededor de 1881, Salomé fue animada por su marido para abrir el primer centro de educación superior para mujeres jóvenes en la República Dominicana, lo cual hizo el 3 de noviembre de ese año bajo el nombre de Instituto de Señoritas. En los próximos cinco años, las primeras seis mujeres se graduaron de maestras en el Instituto, algo poco común en ese momento. Años después de su muerte, el instituto fue bautizado con su nombre.
El 11 de febrero de 1880, a la edad de veintinueve años, se casó con el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal (más tarde presidente de la República Dominicana), quien también fue escritor, y una figura importante en la política.  Tuvo cuatro hijos con él: Francisco, Pedro, Max y Camila. Sus hijos más tarde se convertirían en figuras altamente respetadas de la literatura contemporánea de mediados y finales del siglo XX como escritores, filósofos, poetas, humanistas y críticos de arte.
Ureña murió debido a complicaciones de tuberculosis en 1897, a la edad de 46 años. Fue enterrada en la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, y trasladada en 1972 al Panteón de la Patria.
Es considerada por muchos como la escritora más excelsa de la República Dominicana; inyectaba profundos sentimientos en cada uno de sus poemas. Salomé no fue solo una prominente escritora y educadora dominicana, sino también una gran luchadora por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Su lucha la convirtió en una mártir en su país y es recordada por su arduo trabajo en favor de la educación femenina.
Acerca de ella se ha escrito mucho y sus poemas forman parte del patrimonio literario dominicano. Su obra poética, cerca de sesenta composiciones, incluyen la épica y la lírica.
Héctor Santiago Inchaustegui Cabral (1912-1979)
Nació en Baní el 25 de julio de 1912 y fallece en la ciudad de Santo Domingo el 5 de septiembre de 1979, a la edad de 67 años. Fueron sus padres Don Joaquín Santiago Incháustegui Andujar, periodista, autor de una Reseña Histórica de Baní, su madre Doña Marina Cabral. Casó con la Srta. Candita Salvador, con la que procreó tres hijos, le sobreviven sus hijos, doctores Sergio Rafael, Héctor Joaquín y Marino.
Don Héctor, poeta, profesor universitario, ensayista, periodista y animador cultural. Se graduó de bachiller en la Escuela Normal de Varones en Santo Domingo. Desde muy joven tuvo inclinación por la literatura y la poesía, motivos que lo llevó a estudiar la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Santo Domingo.
Además de escritor desempeñó numerosos cargos, tales como: Jefe de Redacción y Editorialista del Periódico Listín Diario y del Periódico La Nación, Director del Diario La Opinión, Director de Bellas Artes y Cultos, Subsecretario de Relaciones Exteriores, Director de Radio Caribe, Director de Radio Televisión Dominicana, Presidente de la Corporación de Fomento Industrial; Encargado de Negocios de la Embajada en La Habana, Cuba, Embajador en México, Venezuela, El Salvador, Ecuador y Brasil. Fue Profesor Emérito y Escritor Residente de la Universidad Católica Madre y Maestra en Santiago de los Caballeros.
Recibió honores y menciones entre los que se encuentran : Miembro Correspondiente de la Real Academia de la Lengua, Doctor Honoris Causa de la Universidad Católica Madre y Maestra, Premio Nacional de Poesía Pedro Henríquez Ureña (1952).
Como escritor dejó una voluminosa e importante producción poética de orientación social y política. También cultivó con notable éxito el ensayo y la crítica literaria, considerándosele uno de los grandes representantes de la Poesía Sorprendida”, ha sido traducida al italiano, catalán, francés, inglés y alemán. En 1979 la Sociedad de Escritores Dominicanos le otorgó el prestigioso premio Canoabo de Oro. También se distinguió por su generosidad, su sensibilidad poética, los servicios que brindó a la Patria como diplomático y funcionario.
Don Manuel del Cabral, compañero de generación de don Héctor, dice: “Héctor Incháustegui Cabral es uno de los representantes de la gran poesía dominicana contemporánea. Su obra extensa e intensa basta para quedarse en la historia de la literatura de nuestro país como uno de los hitos del pensamiento dominicano”. Héctor, además de alto lírico, era un prosista de grandes aciertos expresivos, humanos y especialmente de penetrante aguja psicológica, a la que siempre acompañaba de una sedosa y mágica ironía que le daba un prestigio especial a su personalismo talento”.
Héctor fue Secretario del Presidente Antonio Guzmán Fernández, desde los días de su elección y posteriormente se le designó como Secretario de Estado sin Cartera. Fue escritor residente y asesor del Rector de la Universidad Católica Madre y Maestra, donde trabajó por doce años, primero como profesor y luego como Vicerrector, Encargado del Departamento de Publicaciones y de la Revista EME-EME, Estudios Dominicanos.
Publicó una serie de obras en verso, teatro, ensayos y crítica. Su obra poética completa (1940-1976) apareció bajo el título de su primer libro de versos “Poemas de una sola angustia”.
Fué miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua, del Ateneo de México y del Ateneo de Bellas Artes de Río de Janeiro. Poco antes de su muerte fue hecho miembro de la Legión de Honor de México. El año anterior a su muerte fue reelecto para ocupar uno de los cinco puestos del Consejo Interamericano de Cultura de la Organización de los Estados Americanos y su miembro más antiguo.
Fué también Secretario de Don Federico Henríquez y Carvajal y del Lic. Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, cuando estos fueran rectores de la Universidad de Santo Domingo, también del Lic. Manuel Arturo Peña Batlle, cuando ocupó la presidencia de la Cámara de Diputados y del Dr. Donald Read Cabral, cuando presidió el Triunvirato.
El Presidente de Venezuela, Dr. Raúl Leoni, en junio de 1966, lo designó para trabajar junto a él en el Palacio de Miraflores, don Héctor no llegó a aceptar el cargo, porque prefirió aceptar la posición que le ofreció la Universidad Católica Madre y Maestra.
Julia Álvarez.
Nacida en 1950. La experiencia norteamericana de Julia Álvarez se origina en la emigración forzada de su familia a los Estados Unidos. 
Julia nacida el 27 de marzo de 1950 en Nueva York es una poetisa, novelista, y ensayista estadounidense de ascendencia dominicana.
Nacida en Nueva York, a los tres meses se trasladó a la República Dominicana y a los diez años regresó a los Estados Unidos, donde actualmente reside. Escribe en inglés por haberse formado como escritora fuera del territorio dominicano. Su obra más conocida es How the García girls Lost their accent, aunque también es autora de las novelas Antes de ser libres y En el tiempo de las mariposas, que dio origen a la película del mismo título.
A la edad de diez años asumió el reto de insertarse en la nueva realidad, poniendo énfasis en el dominio del idioma que le sirve de instrumento comunicativo, con una dedicación tan profunda y decisiva que el inglés llegó a convertirse para ella en la lengua que usa habitualmente para canalizar los mensajes de su expresividad. La obra escrita de Julia Álvarez se inscribe por derecho propio dentro de las letras norteamericanas.
Inició sus estudios universitarios en Connecticut College. Transferida a Middlebury College, egresa con el título de Bachelor of Arts, Summa Cum Laude. En 1975, obtuvo la Maestría en Creación Literaria (Masters in Creative Writing) en Syracuse University. Complementó su formación con varios cursos graduados de inglés y literatura americana en Bread Loaf School of English.
Durante varios años desarrolló actividades de enseñanza y animación literaria en instituciones escolares de diversos niveles, así como en comunidades. De esta época se destaca un proyecto de taller literario bilingüe, en Wilmington, que culminó con la antología Yo soy / I Am.
Compromisos laborales posteriores la llevaron a Phillips Andover Academy, University of Vermont y George Washington University. De 1985 a 1988 fue profesora asistente en el departamento de inglés, University of Illinois, en Urbana. En varias oportunidades ha pertenecido al staff de Bread Loaf Writer’s Conference.
En 1988 comienza a laborar en Middlebury College donde ofrece talleres de creatividad literaria, enseña análisis literario, imparte cursos sobre Chaucer, Milton, Shakespeare, literatura hispanoamericana, literatura de la mujer de la minoría y trabaja sobre temas de carácter interdisciplinario. En esta institución de estudios superiores, que sigue siendo su hogar académico en la actualidad, la profesora Álvarez alcanzó la permanencia (tenure) y fue promovida a la titularidad (full professor). En 1998 se convierte en escritora residente, con obligaciones de enseñanza a tiempo parcial, asesoría a estudiantes latinos y lectora externa de tesis en la especialidad de creación literaria.
Paralelamente a lo reseñado, hay que mencionar su interminable agenda de conferencias, presentaciones, consultorías. Como es lógico, tratándose de una escritora, también las publicaciones suben a un número muy crecido, tanto en revistas y periódicos, como en forma de libros. Como traductora, ha vertido al inglés poemas de Pablo Neruda. Sus páginas están presentes en muchas antologías.
Julia Álvarez fue honrada como uno de los seis Dominicanos-Americanos que han hecho contribuciones significativas a la comunidad dominicana en ambos países, siendo anfitriones el Dominican American Assistance Fund y el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica (1995).
El John Jay College, de The City University of New York, le otorgó el Doctorado Honoris Causa en Ciencias Humanas (1996). La Feria Anual del Libro de Santo Domingo de 1997 fue dedicada a su obra. En septiembre de 200 fue declarada Mujer del Año, por la publicación Latina Magazine.
Sus novelas han sido elogiadas por los más importantes medios de comunicación de los Estados Unidos y Latinoamérica. Su primera novela Cómo las Chicas García perdieron su Acento fue declarada libro del año en 1991 por New York Times Book y por el Library Journal.
En 1994, En el tiempo de las mariposas, su segunda novela, fue nominada al mejor libro del año por el National Book Critics y elegida el mejor libro de 1994 por la American Library Association. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas.
Flérida García de Nolasco (1891-1976)
Nació en Santo Domingo el 27 de febrero de 1891 y murió en la misma ciudad el 12 de Febrero de 1976, a la edad de 85 años. Estuvo casada con el también escritor e historiador Sócrates Nolasco.
Flérida García de Nolasco nació en Santo Domingo el 27 de febrero de 1891 y murió en la misma ciudad el 12 de Febrero de 1976, a la edad de 85 años. Estuvo casada con el también escritor e historiador Sócrates Nolasco. Estudió filosofía en la Universidad de Santo Domingo, donde se doctoró de 1948. En la más vieja Universidad de América fue profesora de Folclore, Literatura Dominicana e Historia de la Música.
Mujer de una vasta cultura, humanista e investigadora infatigable, su labor intelectual, fecunda y variada, constituye una sólida contribución a la cultura dominicana contemporánea. Su interés por la música universal, el folclore dominicano, la historia colonial, los místicos españoles, y la poesía, entre otros, evidencian su erudición y su interés humanístico.
Sus primeras obras se publicaron a finales de los años veinte. Su obra Grandes Momentos de la Historia de la Música fue galardonada con el Premio Nacional de obras didácticas Luisa Ercina Chevalier, correspondiente a 1957.
En 1970 fue nombrada Doctor Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra como premio a su enorme labor intelectual.
Obra
Cultura Musical (texto para las escuelas de música en República Dominicana, 1927); De música española y otros temas (1939); La Música en Santo Domingo y otros ensayos (1939); La poesía folclórica en Santo Domingo (1946); Existencia y vicisitudes del Colegio Gorjón (1947); Vibraciones en el tiempo (1948); Días de la Colonia (1952), Rutas de nuestra poesía (1952); Santo Domingo en el folclore universal (1957); Grandes momentos de la historia de la música (Premio Nacional de Literatura, 1957); Santa Teresa de Jesús a través de sus obras (1959); El primer santuario de América (1961), Clamor de justicia en La Española, 1502-1795 (1971); Mi testimonio (1975).

Un Cuento de mi Autoria... El Gato Curioso.

EL GATO CURIOSO.
 
 
Mi Gato Curioso. 
     En una gran casa de un sector urbano, vivía  ´´Chacho´´ el gato mas querido de la vecindad, este era propiedad de la Señora Juanita, donde gozaba de buena salud, cuidados, mimos y alimentación. De pequeño este nunca había salido de casa pero ya grande sentía curiosidad de salir y conocer el mundo. En el sector también habían otros gatos que recorrían las calles, saltaban entre los árboles y techos de las casas y que maullaban a la luz de la luna y el crepúsculo de la noche, pero  ninguno se comparaba con Chaco.

Resultado de imagen para dibujo de gatos en la ventana Una noche la señora Juanita olvidó cerrar una de las ventanas y Chacho el gato aprovechó esta oportunidad para salir corriendo por la misma. Este saltó y salió por la ventana abierta y fue a la calle a explorar en mundo; olisqueó entre la basura que encontraba a su paso y descubrió nuevos olores ,saltó entre los árboles y techos de las casas como nunca había hecho antes y descubrió que podía saltar mucho mas alto de lo que estaba acostumbrado a saltar y maúllo esperando encontrar la respuesta de otros gatos que quizás  quisieran ser sus amigos, pero lo que le respondió lo asustó y lo sorprendió a la misma vez de tal forma que lo dejo casi petrificado…

Resultado de imagen para dibujo de gatos en la ventana
 Del fondo de un estrecho y oscuro callejón salió un gran perro con la mirada tan oscura como la noche, con cara de pocos amigos y dispuesto a abalanzarse sobre Chacho para comérselo. Ante la situación Chacho salió  corriendo a toda velocidad antes que el perro lo atrapara y se escapó y de nuevo saltando entre los árboles y techos de las casas volvió a su hogar sano y salvo y ya satisfecha su curiosidad no quiso mas salir de su hogar en el que lo tenia todo pare ser feliz.                                                                                                                                       
Resultado de imagen para dibujo de gatos en la ventanaFin de la Historia.
                                                                                        
 
Autoria:Yanderina Garcia Reyes


El Romancero;Epopeya Nacional de España.


Romancero significa: colección de romances y romancero o romancera, persona que sabe, canta o compone romances y todo indica que el romance fue el primer aliento musical y poético que exhaló entre nosostros (España), un pueblo que necesitaba consevar su historia, sus recuerdos e impresiones por medio de la tradición oral, el recurso de la memoria, facilitado por medio de la medida, de la rima y del canto, más sencillos e inartificiosos, a que se prestaba su lengua, casi informe en una época tan próxima a su primitiva formación.
Cervantes dejó escrito lo siguiente: ..canta el romance que aquí va, porque es muy bueno y yo te iré dando otros de cuando en cuando, con que cobres fama de la mejor romancera del mundo.
..el romancero del Cid, el de Lope de Vega a la Pasión, Diccionario de la Academia de 1729.
Romancero de gesta, romance popular en que se refería hechos de personajes históricos, legendarios o tradicionales.

     El romance nacido del pueblo y escrito para el pueblo, fue desde sus comienzos el más fiel interprete de sus creencias, de sus sentimientos y de sus gustos, constituyendo la poesía verdaderamente española.
En los romances hállanse vigoroamente retratados toas las épocas más características de la historia de España, los progresos del Arte y la genuina índole del idioma, pues en él se encuentran el primer aliento de la poesía lírica española y en él se hallan atesorados los preciosos y abundantes materiales de la epopeya española.
Puede asegurarse que hasta la segunda década del siglo XVI no se vió ningún romance genuinamente primitivo, manuscrito o impreso, pues la que nos restan de la última del siglo XV, pertenecen a poetas de profesión o a trovadores cortesanos.
Respecto de la forma métrica de los romances, debemos decir primeramente que estos se hallan formulados por versos octasílabos, cuya composición es de las más sencillas, no solo en castellano sino en la generalidad de los lenguajes.

    Al principio no siempre debió seguirse esta regla, máximo cuando nuestros primeros poetas se cuidaban muy poco del número exacto de sílabas.
Los versos de los romances están seguidos, más hay algunos de estos, aunque pocos, divididos en cuartetas, pero lo que dá al romance el carácter especial que lo distingue de los demás clases de composiciones rimadas y que no hallamos en la literatura de ningún otro país, es el asonante, especie de rima imperfecta, limitada exclusivamente a las vocales y que empieza en la última sílaba acentuada de cada verso.

Adopción de la poesía castellana de la forma del romance

      No es posible fijar la época en que la poesía castellana adoptó la forma de romance, ningún documento histórico lo acredita y los códices más remotos conservan composiciones complicadas, que suponen en su confección arte y estudio, pero no existe en ellos un solo romance genuinamente popular, anterior al desarrollo de la Imprenta.

    En el "Cancionero General impreso en Valencia en el año 1511, es donde por primera vez aparecen un cortísimo número de romances viejos populares, únicamente dedicados a servir de glosas y transmutaciones que de ellos hacían los poetas artísticos de la corte de D. Juan II o de los Reyes Católicos.

    Sin embargo, la poesía castellana por excelencia, con la forma de romance, debió preceder entre el pueblo a la erudita y sabia, hecha en verrsos largos o imitados de los latinos o de los provenzales, porque la naturaleza precede al arte, la espontaneidad al estudio y la memoria a la escritura aplicada a las producciones del pueblo.

   La medida del verso redondillo u octasílabo es la primera que debieron encontrar los versificadores españoles inartificiosos, porque nace más facilmente de la construcción o índole armónica de la lengua española y de la rotundidad de sus periodos y la combinación métrica del romance es además muy favorable a lo siguiente:
  • A la prosa vulgar
  • La sencillez de su medida
  • Sus pausas y música monótona, que facilitan la rima continua y dan lugar al pensamiento para ordenar las ideas.
  • Su natural aptitud para narrar los hechos históricos
  • Considerar objetivamente los hechos históricos y conservarlos en la memoria

Romanceros viejos tradicionales

     No es posible fijar la época en que comenzaron los romances viejos tradicionales españoles, pero si se puede asegurarse que acabaron a fines de la primera mitad del siglo XVI y hasta entonces no tenemos noticia de que se hubiesen escrito sino el cortísimo número que accidentalmente, para texto de glosas o como tema de otros artículos, se incluyeron en el "Cancionero general".
Por otra parte, los romances tradicionales sufrieron la alteración inherente a su modo de transmitirse y no han llegado a tiempos modernos en toda su pureza y como los juglares y cantores más modernos conservaban la tradición, debe suponerse lo siguiente:
  • Que cambiaban las palabras antiguas y olvidadas por otras de su tiempo, que eran inteligibles a sus contemporáneos
  • También es de inferir que infiriesen en sus canciones algunas ideas nuevas, algunos pensamientos y costumbres de su época, pero separándose muy poco de los tipos antiguos, por lo siguiente:
    • Lo primero, porque las ideas, los pensamientos y las costumbres se alteran más lentamente que las palabras de una lengua que se va formando
    • Lo segundo, porque, reproduciendo la tradición, conservada en obras ya hechas, dificilmente se apartaría la copia con exceso del original.

Clasificación de los romances

A tres puntos de vista debe atenderse al tratarse de clasificar los romances, que son los siguientes:
  • El carácter del romance, como género poético, puesto que lo mismo puede ser una composición objetiva, que subjetiva
  • Su filiación popular o erudita, su procedencia en orden a la clase y condición del poeta que los ha compuesto
  • La índole del asunto que canta
Por tanto, en virtud del romance, deben establecerse las tres siguientes clasificaciones:
  • El carácter del romance
  • Su procedencia
  • Su asunto

Género poético al que pertenecen

  • Épicos, objetivos, que son meramente narrativos y preponderan los primitivos populares que rara vez son líricos..
  • Líricos, subjetivos, expresan las ideas, los sentimientos, las creencias, ectcétera, de su autor.

Procedencia

  • Primitivos populares, son los romances viejos que corresponden a la Edad Media.
  • Eruditos de imitación, son o refundición de los primitivos o imitaciones libres.
  • Eruditos originales y vulgares, son los populares degenerados.
  • Los eruditos originales, que son subjetivos o líricos, en su mayoría y los de imitación, corresponden a los siglos XVI y XVII.
  • Los vulgares al siglo XVIII y XIX.

Asunto sobre que versan

Históricos
 Son los primeros en el órden cronológico y los más interesantes en cuanto se refieren en su mayor parte a los antiguos héroes castellanos y tiene por base el sentimiento patriótico y el religioso, por lo cual se podrían dividir en lo siguiente:
  • En heróicos, que proceden de los cantares de gesta
  • En religiosos, que por ser reflejo de las tradiciones religiosas han enriquecido los legendarios y santorales españoles
  • Ambas clases representan, en cuanto se refieren a la historia de España, los esfuerzos heroicos y constantes en favor de la independencia patria y de sus venerables creencias y contiene el elemento primario y más robusto de la epopeya nacional vinculada en los Romanceros de España
Tradición oral
     Muchos de los romances históricos los debemos a la tradición oral y en cambio de las formas literarias de que carecían los más primitivos, tienen un gran sello de originalidad, propio de la poesía que constantemente ha sido la más adecuada para expresar los sentimientos y las pasiones populares.
Objetivos de los romances históricos
  • Conservar los hechos, tradiciones y creencias de la época
  • El lugar a que se refieren
  • Cantar las acciones virtuosas de los personajes más santos que la España de la Reconquista abrigó en su seno
  • Los esfuerzos heroicos de sus denonados caudillos
  • Pintar fielmente el carácter español

La Tragicomedia,Calixto y Melibea.



    La tragicomedia es la fusión de dos géneros distintos: el trágico y el cómico. La tragedia es una obra en la que los personajes protagonistas viven situaciones intensas y con emociones profundas porque están en una atmósfera inquietante, donde las fuerzas superiores de la naturaleza (especialmente el destino) luchan contra el hombre y su libertad. De manera totalmente opuesta, la comedia tiene un tono divertido y amable, los personajes escenifican situaciones graciosas porque la trama es cómica, siendo la finalidad del autor el entretenimiento del espectador.

     La tragicomedia es una síntesis de ambos géneros, por lo que combina elementos de uno y de otro. Se podría decir que pretende hacer ,hacer reír y llorar al público. No hay que olvidar que el teatro pretende ser un reflejo de la propia vida, por lo que la tragicomedia incorpora aspectos entretenidos de la existencia, aunque los relaciona con la dimensión trágica del ser humano.
 
   La mezcla de géneros convierte a la tragicomedia en un formato dramático especialmente atractivo. Si un potencial espectador se plantea ver una tragicomedia ya sabe que se va a encontrar con una propuesta teatral con dos dimensiones: lo entretenido y lo triste.

    Fueron los griegos de la antigüedad clásica quienes introdujeron este género dramático. Aristóteles fue el primero en describirlo desde un punto de vista teórico (así lo hizo en el tratado sobre la Poética). La primera obra tragicómica es "Anfitrión" de Plauto, autor romano del siglo lll a. C. Como es sabido, durante el Renacimiento, los textos clásicos se recuperaron y con posterioridad la obra de Plauto inspiró a autores como Molière y Shakespeare (una de las obras más reconocidas del dramaturgo francés es precisamente "Anfitrión", que tiene el mismo título que la tragicomedia griega ya que su estructura argumental es muy similar).

    En lengua española hay un ejemplo muy conocido de tragicomedia, "La Celestina"de Fernando de Rojas, aunque hay que recordar que el título original es la "Tragicomedia de Calisto y Melibea". Esta pieza del teatro español es un excelente ejemplo de este género híbrido. En ella se aprecia el elemento trágico: dos jóvenes viven una intensa historia de amor pero ambos mueren finalmente. El aspecto cómico se encuentra presente a lo largo de la trama: situaciones graciosas, engaños divertidos y personajes con un lenguaje burlón.
 
La Celestina
  • La obra
Se llama también Tragicomedia de Calisto y Melibea y es una obra dialogada en prosa que no se puede representar en el teatro debido a su gran extensión y a su estructura.
La primera edición (Burgos, 1499) tenía 16 actos; la de Sevilla (1502) 21 actos; en la edición de Toledo de 1562 se le añadió un acto más.
  • El autor
Durante mucho tiempo se dudó acerca de la autoría de la obra. Se da como seguro que fue Fernando de Rojas, que nació en Puebla de Montalbán (Toledo), probablemente en 1476. Estudió leyes en la Universidad de Salamanca y llegó a a ser Alcalde Mayor de Talavera (Toledo), donde murió en el año 1541.
Según cuenta él mismo en el prólogo, leyó el primer acto de la obra que circulaba entre los estudiantes de la universidad sin saber quién lo había escrito. Le gustó y se dedicó a continuar la obra con el resto se los actos, acabando en 15 días, durante sus vacaciones.
Hay críticos literarios que consideran la imposibilidad de que Fernando de Rojas se identificara tan perfectamente con el autor del primer acto; y que fue él quien escribió toda la obra. Hoy se acepta que en la creación de la obra intervinieron dos autores.
  • El argumento
En La Celestina se muestran los trágicos amores de Calisto y Melibea y las malas artes que emplea la alcahueta Celestina para que se enamoren.
Calisto, un mozo inteligente y de clase alta, ha conocido en una huerta, algo alejada de la cuidad, a la bellísima Melibea, y se ha enamorado de ella. Vuelve a encontrársela en la ciudad, cerca de la iglesia, y le comunica sus sentimientos; ella lo despide irritada. Vuelve Calisto a su casa y confiesa su amor y su pesar a su criado Sempronio. Éste le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria, para que suavice la aspereza de Melibea.
Celestina logra entrar en la mansión de Melibea e intercede en favor del enamorado; consigue vencer su esquivez y la joven corresponde a Calisto. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, de acuerdo con Celestina, desean explotar la pasión de su amo, que había ofrecido a la vieja una cadena de oro si lograba sus propósitos. Los criados reclaman su parte a la vieja, que se niega; la matan y huyen. Pero son apresados y muertos por la justicia.
Calisto suele visitar a Melibea trepando a su jardín por una escalera de cuerda; estando en él, se produce en la calle una pelea. El joven, pensando que uno de sus nuevos criados tiene problemas, desea intervenir en ella y al bajar por la escalera cae al vacío. Calisto muere, y Melibea, al saberlo, sube a una torre y se arroja desde lo alto.
La obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea.
  • Los personajes
Dos mundos se contraponen en la obra: el ideal o renacentista, de los jóvenes enamorados que sólo viven para su pasión; y el real o medieval de la Celestina y los criados, ruines explotadores de aquel amor.
El personaje mejor trazado en la obra es de Celestina, la vieja astuta, encarnación del mal, que con tentadoras palabras quebranta la virtud de Melibea.
Uno de los aspectos más destacables de la obra es la magnífica caracterización de los personajes a través del lenguaje que emplean: los personajes nobles, como Calisto y Melibea, se expresan con delicadeza y elocuencia, mientras que los personajes populares, como Celestina y los criados, emplean un lenguaje más espontáneo y popular, lleno de refranes y frases hechas.
  • La intención
A pesar de la la obra es bastante cruda, tanto por las pasiones como por el lenguaje utilizado, la intención es didáctica. Intenta prevenir a las muchachas de la época contra las trampas de las alcahuetas que trataban de minar su recato; y advertir a los jóvenes de todos los tiempos contra las locuras del amor, contra la tentación de sentir el amor como lo único y los más importante; como algo que si no se domina conduce a la destrucción y a la muerte.

Novelas de Caballerias:el Amadis de Gaula, de Montalvo.



Amadís de Gaula.
Amadís de Gaula es un famoso libro de caballería en prosa, compuesto primero en España o Portugal y casi seguramente sobre la base de fuentes francesas. Es probable que haya existido una versión primitiva de la obra hacia finales del siglo XIII o comienzos del XIV. Hay una versión en tres libros, de la que se conservan breves fragmentos fechados hacia 1420. Rodríguez de Montalvo, regidor de Medina del Campo, reelaboró esa versión, le añadió un cuarto libro y continuó con un quinto, titulado Las sergas de Esplandián. Su éxito se prolongó durante el Siglo de Oro español tanto en Europa como en América, con 19 ediciones publicadas en el siglo XVI.

    La edición que se muestra aquí fue impresa por Juan Cromberger, que jugó un papel decisivo en la introducción de la imprenta en América en la década de 1530. La familia Cromberger de Sevilla se había especializado en libros de caballerías, que se caracterizaban, en general, por estar impresos en tamaño folio, con tipos góticos, a dos columnas, con un grabado del héroe a caballo en la portada y xilografías menores en cada capítulo. Las ediciones Cromberger marcaron la pauta para futuras ediciones y fueron imitadas hasta mediados del siglo XVI.
Amadís de Gaula

       El Amadís de Gaula fue probablemente, el primer libro que se imprimió en la península ibérica sobre tema caballeresco, de él que puede decirse que provienen todos los demás. Abre un ciclo cerrado luego por el Quijote, que viene a ser una general parodia de las novelas caballerescas.

    El texto original de Amadís pudiese datar alrededor de 130; sin embargo su edición española más antigua conocida es la de 1508. Impresa en Zaragoza. Se ignora quién es su autor, y originalmente constaba de tres libros. Es, por su estilo, una de las obras más bellas de nuestro idioma.

    Su universalidad radica en su cosmopolitisismo e intemporalidad; es decir, en la ausencia de color local y de época. Pese a su idealización, lo personajes tienen psicología, vida interna y humanidad. En relación a su valor literario, afirma Menéndez y Pelayo: "es una de las grandes novelas del mundo, una de las que más influyeron en el orden cronológico en las primeras novelas modernas.

     El Amadís de Gaula, tras una introducción en la que se afirma que fue encontrado en un arcón enterrado, se inicia con el relato de los amores furtivos del rey Perión de Gaula y de la princesa Elisena de Bretaña, que dieron lugar al nacimiento de un niño abandonado en una barca. El niño es criado por el caballero Gandales e indaga sobre su origen en medio de fantásticas aventuras, protegido por la hechicera Urganda, llamada la Desconocida porque nunca se presenta con la misma cara ni con el mismo aspecto, y perseguido por el mago Arcaláus el encantador. Atraviesa el arco hechizado de los leales amadores en medio de la Ínsula firme, vence al terrible monstruo Endriago, donde conoce a su hermano Galaor, y atraviesa por todo tipo de peligrosas aventuras, por amor de su amada Oriana, hija del rey Lisuarte de la Gran Bretaña.

    La obra original (antes de las modificaciones incluidas por Montalvo) acaba trágicamente, como todas las obras del llamado Ciclo Artúrico. El original (reconstruido) acaba como sigue: Lisuarte, mal aconsejado por avariciosos consejeros, echa de su lado a Amadís, lo reta e intenta casar a Oriana con un enemigo del héroe. Oriana es rescatada por Amadís y llevada a la Insula Firme por este. Lisuarte le declara la guerra a Amadís acompañado por Galaor (envidioso de Amadís) y Esplandian (a quien Lisuarte ha criado sin saber que es su nieto). Tras varias batallas Galaor reta a Amadís y este lo mata. Lisuarte reta y Amadis también lo mata. Un tercer reto enfrentará a Amadís y a Esplandian, matando este último a Amadís. Oriana, que observa la batalla desde una ventana, al ver la muerte de Amadís se lanza al suelo y muere. Urganda aparece y revela la verdad sobre sus padres a Esplandián.

   La versión de Montalvo modifica sobre todo este final, haciéndole durar todo el libro cuarto. El final de los personajes es distinto. Lisuarte y Amadís hacen las paces, se conoce la identidad de Esplandian de una forma menos trágica y Galaor ni siquiera aparece en la batalla (está enfermo). Para cerrar la obra se usa un subterfugio que la hace acabar bruscamente. Lisuarte es encantado y Amadís debe dedicarse a gobernar. La historia continúa en las Sergas.

   La obra también relata las hazañas de otros valerosos caballeros emparentados con Amadís, como su hermano Galaor, su medio hermano Florestán y su primo Agrajes de Escocia.

    Se caracteriza por un cierto latinizamiento de la sintaxis, que suele situar al verbo al final de la frase al modo latino, y otros rasgos de esta naturaleza, como el uso del participio de presente, que lo aproximan al tipo de lenguaje de la escuela alegórico-dantesca del siglo XV, si bien resulta mucho más claro y llano. No obstante, es necesario diferenciar entre el estilo de las tres primeras partes, que lleva incólume mucho del autor original, muy elegante y pormenorizado en los sucesos, y el texto atribuible a Garcí Rodríguez de Montalvo, de muy inferior ingenio y brillantez. Las tres primeras partes reflejan el mundo del siglo XIII, mientras que el mundo de Garcí Rodríguez de Montalvo es el de principios del siglo XVI, y eso no puede dejar de percibirse en el estilo denso y algo pedante del Regidor de Medina del Campo.

     El valor literario de Amadís de Gaula es grande, así también su valor didáctico y social. En él exaltan, efectivamente los sentimientos cardinales de todo buen caballero: el amor, el valor y la lealtad; sus personajes son mas humanos y están más próximos a nosotros que los de los demás libros de caballería. Por esta razón, su difusión fue mayor y más duradera.

Garci Rodríguez de Montalvo.

Garci Rodríguez de Montalvo (c. 1450 - c. 1505), escritor español del Prerrenacimiento.
 
     Es muy poco lo que se conoce sobre este autor. Nació en el último tercio del reinado de Juan II. Fue seguramente de origen judeoconverso y regidor de Medina del Campo en la última década del siglo XV, pues así aparece en las actas del Ayuntamiento de Medina del Campo, con el nombre de Garci Rodríguez de Montalvo el Viejo para distinguirle de "el Mozo", que era su nieto.
Perteneció al distinguido linaje de los Pollino, uno de los siete que gobernaban la ciudad de realengo de Medina del Campo. Probablemente participó en la Guerra de Sucesión Castellana y acudió las campañas iniciales de las Guerras de Granada formando parte del regimiento militar de su ciudad. Fue aficionado a la caza de cetrería y compartió los ideales políticos de los Reyes Católicos.

   Tuvo varios hijos, entre ellos Pedro Vaca, Juan Vaca Montalvo y Francisco Vaca. Según Pascual de Gayangos y Narciso Alonso Cortés, fue armado caballero por los Reyes Católicos en 1482 por haber intervenido en la defensa de Alhama con un grupo de otros "caballeros viejos de San Juan e Santiago". Alonso Cortés añade que su nombre figura en el Padrón de Alhama que es listado de caballeros oriundos de Medina del Campo.

    Es posible que alguna aldea en la diócesis de Cuenca estuviese vinculada a Montalvo, pues parece conocer muy bien la Serranía de Cuenca al describir la cueva de Urganda la Desconocida. El 30 de junio de 1502 fue testigo en un matrimonio secreto celebrado en el Castillo de Coca entre María de Fonseca y el Marqués del Cenete, Rodrigo de Mendoza, hecho ilegal en la época. En 1497 hubo un pleito en la Chancillería de Valladolid contra un personaje con su mismo nombre (él o su nieto) y un tal Jerónimo de Virués, vecinos de Medina del Campo, por adulterio; fueron sentenciados a destierro de Valladolid por dos meses.

   Pese a que se ha postulado como fechas de su muerte hacia 1505, recientes estudios de Ramos Nogales y Sales Dasí consideran que pudo sobrevivir a la primera publicación del Amadís de Gaula, cuya edición más antigua conocida apareció en 1508.


Hegemonia del Romance Castellano en la Peninsula.




       Cuando en el s. V cae el Imperio Romano de Occidente podemos afirmar que aún se habla latín; pero en el s. VI-VIII ya no se habla; en esos años algo ha ocurrido, pero no podemos fijar la fecha exacta porque cada lengua románica ha seguido su propia evolución.

     Los sacerdotes serían los primeros en darse cuenta del problema. Se predicaba en latín hasta que el pueblo ya no los entendía. Y, poco a poco, los oradores empiezan a adoptar la lengua del pueblo -así se dice en el Concilio de Tours en el año 813-. Eso en cuanto a la lengua hablada, porque para escribir se seguía adoptando el latín que era la lengua de prestigio. Así, los textos escritos en lenguas románicas son muy posteriores a la aparición de la lengua hablada.

     Los primeros documentos latinos que tenemos en los que se manifiestan formas romances son documentos jurídicos y documentos eclesiásticos (las Glosas Emilianenses y Silenses que son, en palabras de Dámaso Alonso, el primer vagido de la lengua española).

     En los años 570-676, San Isidoro y otros intelectuales llevaron a cabo un renacimiento lingüístico; así el romance hispánico no siguió la evolución que siguieron lenguas vecinas, como el francés. El renacimiento isidoriano frenó esta evolución porque el latín de la península está más apegado a sus orígenes.

     Según Menéndez Pidal surge, aparte de las diversidades históricas, jurídicas y literarias, una discrepancia lingüística del castellano respecto al leonés y respecto a otros dialectos peninsulares en que el castellano se distancia y se aparta de esas lenguas. En León, por ejemplo, se era muy respetuoso con el latín, en cambio el castellano lo rechaza y avanza sin vacilaciones. Las soluciones que da el castellano chocan para los leoneses, aunque son las que se acaban imponiendo.

En el S. IX-X la situación lingüística de la Península comprendería las siguientes lenguas:

mozárabe
gallego
leonés
vasco
navarro-aragonés
castellano
catalán

     Castilla nace como un pequeño condado al este de León. En el "Poema de Fernán González" leemos: "Entonces era Castilla un pequeño rincón". Así, como la zona del gallego, la de León y las demás zonas eran amplias, Castilla ocupaba un territorio pequeño. Era la lengua menos representativa de las peninsulares y era lógico que no tuviera éxito, pero ocurrió lo contrario. Esta lengua con un número pequeño de hablantes y con una fuerza mínima ante León se acaba imponiendo. Esto se logra aprovechando su fortalecimiento político y su expansión que sigue tres direcciones: al sur, al este y al oeste. Por un lado arrincona el dialecto navarro-aragonés, por el otro al leonés y hacia abajo, al mozárabe. La influencia castellana hace desaparecer a sus vecinas. Es lo que se conoce, en terminología de Ramón Menéndez Pidal, como la "Teoría de la Cuña Lingüística". El castellano actúa como una cuña que se introduce entre los diversos dialectos latinos que se hablaban en la Península.

    La fuerza expresiva del castellano tiene un límite. Así, el gallego-portugués y el catalán imponen también sus soluciones.

     El castellano rompe la unidad lingüística peninsular, pero eso no quiere decir que no haya ningún rasgo común con las otras lenguas hermanas, da soluciones más innovadoras, pero sigue hermanado con las lenguas vecinas. Así, asume términos del leonés y del riojano, así como del navarro-aragonés y de los otros idiomas incipientes. Cuando se habla de castellano, en sus orígenes, quizá deba hablarse de español porque, por ejemplo, las glosas no son un texto específicamente castellano, sino que, al nacer en la zona de la Rioja, tienen elementos propios del riojano.

En suma, para terminar y siguiendo al profesor Alarcos Llorach:

-en el S. X coexisten diversas modalidades del habla romance como consecuencia de los hechos históricos, culturales y lingüísticos.

-todas esas modalidades eran consideradas por sus hablantes y ninguna se sitúa por encima de las demás. No hay un modelo común.

-las repoblaciones posteriores y el avance del castellano originan una serie de mezclas lingüísticas. El avance lingüístico castellano va parejo con su avance político; de ahí que se impongan sus normas lingüísticas sobre las demás variantes. La norma que se impone es la de Toledo.

-el influjo toledano no anula las propuestas burgalesas y la prueba es que terminan su hegemonía en el S. XVI con la revolución lingüística en que se suprimen pares fonéticos, de los que tal vez podamos hablar en otro momento y en que el castellano se aleja, definitivamente, de sus lenguas hermanas.


Epoca de los Reyes Catolicos:Principales Poetas:Gorge Manrrique,Alvarez Gato,Gomez Manrique.

Los Reyes Católicos fue la denominación que recibieron los esposos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, soberanos de la Corona de Castilla (1474-1504) y de la Corona de Aragón (1479-1516).

Los reyes accedieron al trono de Castilla tras la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) contra los partidarios de la princesa Juana la Beltraneja, hija del rey Enrique IV de Castilla. En 1479 Fernando heredó el trono de Aragón al morir su padre, el rey Juan II de Aragón. Isabel y Fernando reinaron juntos hasta la muerte de ella en 1504. Entonces Fernando quedó únicamente como rey de Aragón, pasando Castilla a su hija Juana, apodada "la Loca", y a su marido Felipe de Austria, apodado "el Hermoso", Archiduque de Austria, duque de Borgoña y conde de Flandes. Sin embargo Fernando no renunció a controlar Castilla y, tras morir Felipe en 1506 y ser declarada Juana incapaz, consiguió ser nombrado regente del reino hasta su muerte en 1516.

La historiografía española considera el reinado de los Reyes Católicos como la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. Con su enlace matrimonial se unieron provisionalmente, en la dinastía de los Trastámara, dos coronas: la Corona de Castilla y la Corona de Aragón dando nacimiento a la Monarquía Hispánica y, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista del Reino nazarí de Granada, del Reino de Navarra, de Canarias, de Melilla y de otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad de los territorios que hoy forman España —exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal—, que se caracterizó por ser personal, ya que se mantuvieron las soberanías, normas e instituciones propias de cada reino y corona.

Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por los enlaces matrimoniales con varias familias reales de Europa que resultaron en la hegemonía de los Habsburgo durante los siglos XVI y XVII.
Por otra parte, el descubrimiento de América, en 1492, modificó profundamente la historia mundial.


Literatura.

En el campo de las letras representan esta primera apertura de la Edad Media a los nuevos días del Renacimiento:

Poesía.

En poesía, a la que pertenecen la mayor parte de las obras literarias, se pueden clasificar tres grupos: épica, lírica y satírica. La épica se divide en popular y culta. En la épica popular destaca el Romancero, que mantiene las características apuntadas en la Edad Media. En la épica culta destaca Juan de Mena y el Marqués de Santillana.
  • En la lírica destacan dos corrientes:
    • La Escuela alegórico-dantesca, representada por:
      • El micer Francisco Imperial,
      • Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, que intenta introducir el petrarquismo del soneto (italianizante),
      • Diego de Burgos, su secretario y criado del anterior y poeta también,
      • Juan de Mena, que introduce con su Laberinto de Fortuna el gran poema alegórico a la manera de Dante Alighieri y compone su Omero romançado o Sumas de la Ilíada de Homero (h.1442-1444), prosificación en 36 capítulos de la Ilias -versión latina de la Ilíada-, por encargo de Juan II.
    • Dentro de la lírica cancioneril, destacan como prerrenacentistas:
      • Gómez Manrique
      • Jorge Manrique.

Prosa.

En prosa hay que destacar dos clases de obras: novela y didáctica. En el primer caso está Diego de San Pedro, con Cárcel de Amor, de carácter simbólico, y en parte misógino o antifeminista. En el segundo, el Arcipreste de Talavera, con el Corbacho o Reprobación del amor mundano, obra mucho más antifeminista que la anterior, en la que se enseña cómo son las características psicológicas de los diversos tipos de hombres, juntamente con la falsedad del amor en los hombres; y Fernán Pérez de Guzmán, con obras de carácter histórico.
En el terreno de la prosa, son ya humanistas:
    • Alfonso de Cartagena,
    • Alfonso de Palencia
    • Enrique de Villena, que prosificó y glosó la Divina Commedia de Dante (1427) y la Eneida (h. 1428) de Virgilio para el Marqués de Santillana.
    • Alfonso Martínez de Toledo da cabida a la lengua de la calle en sus textos
    • Los biógrafos Fernán Pérez de Guzmán y Hernando del Pulgar entre otros muchos confieren gran importancia al hombre y a sus méritos sobre la tierra siguiendo el modelo de Plutarco, utilizando ya una prosa nítida y equilibrada sin excesivos cultismos.
    • La Celestina de Fernando de Rojas viene a ser la culminación de este periodo de prosa prerrenacentista, todavía con afectaciones latinizantes, sin embargo, frente a la limpia prosa y verso ya equilibrados, castizos y plenamente renacentistas de, por ejemplo, Hernando del Pulgar o Jorge Manrique.
    • Garci Rodríguez de Montalvo y su Amadís de Gaula (1508), el primer y mejor de los libros de caballerías, viene a revitalizar el arquetipo medieval del caballero.
    • Diego de Sampedro, con su novela sentimental Cárcel de amor (1492), lleva a su culminación y a su fin el amor cortés medieval.

Teatro.

En el teatro destacan escritores como:
    • Juan de Fermoselle, más conocido como Juan del Encina, también gran poeta,
    • Gil Vicente, dramaturgo portugués destacado por sus obras en castellano y reconocido como compartidor con Juan del Encina de la paternidad del teatro español.
    • Lucas Fernández, como del Encina, autor de églogas.
    • También fue dramaturgo Gómez Manrique, evolución sobre el Auto de los Reyes Magos y el teatro religioso medieval
Principales Poetas. 

JORGE MANRIQUE 
(1440-1479) .Se ignora mucho de su vida, pero existen datos importantes sobre ella. Fue oriundo de Paredes de Nava; hijo del conde de Paredes, don Rodrigo Manrique, y de doña Mencía de Figueroa. 

      A pesar que su vida fue corta, la vivió intensamente. Fue señor de Belmontejo, miembro de la Orden de Santiago. Intervino en varias batallas, siempre un leal paladín de la reina Isabel. Luchó con valentía y fiereza. En una de esas batallas, en Uclés, ante el castillo de Garcí Muñoz, fue herido mortalmente, y en ese mismo sitio le dieron sepultura. 

     Escribió varias canciones que aparecen en diversos cancioneros. Su gloria como poeta proviene de sus famosa Coplas a la muerte de su padre. Un poema que consta de cuarenta y tres coplas en “pie quebrado”, de las cuales una tercera parte está dedicada a su padre y el resto, la mayoría, a la muerte en su sentido universal, lo cual hace de este poema una obra universalmente reconocida. Parece ser que Lope de Vega dijo que este poema “merecía estar escrito con letras de oro”.

     Miembro de una familia de la nobleza más rancia de Castilla (era hijo de don Rodrigo Manrique, maestre de la orden de Santiago, y sobrino del poeta Gómez Manrique), Jorge Manrique compaginó su afición por las letras con la carrera de las armas, participando junto a su padre en las luchas que precedieron al ascenso de los Reyes Católicos. Ambos pertenecían a la orden de Santiago, y combatieron del lado de Isabel la Católica contra los partidarios de Juana la Beltraneja. Pereció a causa de las heridas recibidas durante al asalto al castillo de Garcimuñoz, en el feudo del marqués de Villena.
 
    La poesía de Jorge Manrique se sitúa dentro de la corriente cancioneril del siglo XV. Su producción poética menor, reunida en un Cancionero, está formada por medio centenar de composiciones breves, en su mayor parte de tema amoroso, que siguieron los cánones trovadorescos y cortesanos de finales de la Edad Media. Más originales son sus piezas burlescas, como las "Coplas a una beoda" o la titulada "Convite que hizo a su madrastra".
 
Álvarez Gato, Juan (1433-1509).
    Poeta español de origen converso, nacido en Madrid (ca. 1433-1509 a quo). Fue camarero de la reina Isabel la Católica, entre otros cargos palatinos. Ligado en un primer momento a don Beltrán de la Cueva y a la familia Arias Dávila, posteriormente pasó a ser uno de los más decididos partidarios de la Reina. Su obra se conoce fundamentalmente por el cancionero manuscrito que lleva su nombre, conservado en la Real Academia de la Historia. Sus poemas son de arte menor y se agrupan del modo siguiente: a) poemas de amor (canciones, decires, invenciones, motes, preguntas y respuestas, estrenas y otras formas), de tono serio y, sobre todo, burlesco; b) poesías de contenido moral y político, y c) composiciones de tipo religioso, de gran interés porque no faltan los contrafacta profanos. Hasta hoy han llegado, de su pluma, varias cartas y hay también algún escrito que se le atribuye sin demasiados argumentos.

        De él dijo Gómez Manrique que "fablaba perlas y plata". Su obra poética, toda dentro del arte menor y dentro del estilo de la lírica cancioneril, está formada por 104 composiciones. Las primeras tienen por tema el amor profano; las piezas devotas ocupan la última mitad del mismo, y con frecuencia incorporan coplas y estribillos populares a veces adaptados "a lo divino". También, según Marcelino Menéndez Pelayo, "elevó la sátira a la dignidad de función social".2 Sus obras se han conservado a través de un códice de la Real Academia de la Historia y a través de los poemas recogidos en el Cancionero general de Hernando del Castillo. Escribió además doce cartas en prosa de tono ascético y se le atribuye la Vida del arzobispo de Granada, Fray Hernando de Talavera.

 Diego Gómez Manrique
Gómez Manrique fue un poeta y dramaturgo de origen español, perteneciente al período prerrenacentista; vivió entre los años 1412 y 1490 en la localidad de Amusco, en Castilla y León. Nació en el seno de una familia noble, la más antigua de España, que se había destacado en las letras por varias generaciones, y él no fue la excepción. Desde muy joven tuvo una gran participación política, siguiendo los pasos de sus antecesores.

     Por otra parte, sus contribuciones literarias fueron de gran importancia; tal es el caso de "Representación del nacimiento de nuestro señor" y de la "Canción a la concepción de Nuestra Señora", piezas ambas que lo ubicaron como uno de los pioneros del género dramático castellano, y de su poesía, donde encontramos títulos como "A una dama que iba cubierta", "Con la beldad me prendistes" y "Canción para callar al niño". Al leer a Manrique, nos encontramos con un lenguaje propio del siglo XV, que resulta ajeno y difícil de digerir a simple vista; sin embargo, el valor artístico de estos escritos merece el esfuerzo y la investigación para poder apreciarlos y mantener viva esta porción tan importante de la historia de la literatura. Otras de sus composiciones son "Lamentaciones de amor", "Coplas morales a Don Diego Arias" y "Batalla de amores", todas incluidas en el extenso y variado Cancionero que dedicó al Conde de Benavente.

     Defendió la causa de los Reyes Católicos (1475) y fue corregidor de Toledo, donde construyó las casas consistoriales, en las que hizo grabar los famosos versos: «Nobles discretos varones / que gobernáis a Toledo». Sus poesías se conservan en dos manuscritos. Destacan su Consolatoria, dirigida a su mujer Juana de Mendoza, sus versos a la Defunción del noble caballero Garcilaso de la Vega y El planto de las virtudes y la poesía (1548), escrito en ocasión de la muerte de su tío, el marqués de Santillana. Sus Consejos para el señor Diego Arias de Ávila son un antecedente inmediato de las Coplas de Jorge Manrique.