La Hija del Conde Don Julián.
La figura del conde don Julián ha
servido en las leyendas sobre el fin del reino visigodo como una de las explicaciones
dadas para justificar las facilidades que encontraron los musulmanes para la
invasión de la
Península Ibérica. La versión cristiana más antigua
conservada es la
Crónica Pseudoisidoriana redactada hacia el siglo XI;
en ella, el rey Vitiza (702-710) hace venir a Sevilla al conde Julián con su
familia, y allí seduce y deshonra a la hija del conde, después conocida con el
nombre de Florinda y el apodo de la
Cava, derivado éste de una palabra árabe que significa
prostituta. Al descubrir el conde el hecho, regresa a Ceuta y entra en
conversaciones con Tariq ben Ziyad.
La versión árabe de la historia
sitúa a la hija del conde Julián en la
Corte toledana, adonde habría ido a ser educada; el rey
Rodrigo (710-711) la seduce y el conde Julián acude personalmente a Toledo,
recoge a su hija, vuelve a tierras africanas y jura vengarse. Al llegar,
emprende el camino de Ifriqqiya para visitar al gobernador Musa ibn Nusair, al
que habla de la posibilidad de conquistar la Península Ibérica
de forma sencilla y de las riquezas que esto puede proporcionarle. Musa ibn
Nusair acepta la proposición y manda al conde que proceda él mismo a un
reconocimiento de la costa española; vuelto a Ceuta, el conde Julián realizó
con unas pocas tropas una incursión por la bahía de Algeciras (Cádiz), cuyo
éxito convenció a Musa ibn Nusair de la posibilidad de una expedición más
ambiciosa.
Leyendas aparte, la identificación
exacta de la figura del conde Julián y su papel en la conquista musulmana de la Península siguen siendo
un problema para los historiadores. La Crónica Mozárabe
de 754 identifica al personaje del conde Julián como Urbanus, al que los árabes
llaman Olbán u Olián; se le presenta como un bereber, señor de la Mauritania Tingitana,
que había rechazado de Tánger la invasión del caudillo musulmán Ocba, en el año
682. Según la Crónica
mozárabe, un ataque de Musa ibn Nusair le arrebató Tánger en 708 y le hizo
refugiarse en Ceuta, donde fue sitiado; Urbanus lograba resistir gracias al
apoyo prestado desde la
Península Ibérica, que enviaba naves con víveres y tropas,
pero hacia octubre de 709 Urbanus, sin que se sepa la razón, se sometió a Musa
ibn Nusair y le incitó a invadir España.
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